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viernes, 15 de julio de 2016

Italiana reivindica la cualidad artesanal del stop motion

La artista italiana Francesca Berlingieri Maxwell, directora de Arte del celebrado filme animado “Fantastic Mr. Fox” (2009), reivindica la cualidad artesanal del stop motion, una técnica de animación que aparenta el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.

Berlingieri se halla en Cochabamba como maestra del Taller Latinoamericano de Stop Motion (TLSM), que esta semana congrega a unos 100 animadores de 10 países de Latinoamérica. Ella conduce un taller especializado en dirección de arte para cintas animadas en stop motion, una labor en la que tiene amplia experiencia, por su participación en películas como la citada “Fantastic Mr. Fox”, “Para Norman” (2012) o “La novia cadáver” (2005), todas ellas nominadas al Oscar Mejor Largometraje de Animación.

Formada en Bellas Artes en Italia y China y con experiencia en la escenografía de obras de teatro, Berlingieri recuerda con particular cariño su experiencia en “Fantastic Mr. Fox”, el largo de animación que dirigió el estadounidense Wes Anderson (El gran hotel Budapest”, “Vida acuática”), uno de los cineastas más respetados de la actualidad. Afirma que, siendo un director tan obsesionado con el arte de sus cintas, con Anderson mantuvo un diálogo fluido “de artista a artista”.

Del trabajo en cintas de stop motion le interesa la creación manual y artesanal, que demanda de ella y de sus colaboradores confeccionar las maquetas en que se desarrollan las historias. Explica que es una especialidad que requiere “el conocimiento de las técnicas y materiales”, cuestión que distingue al stop motion de la animación más computarizada.

Otra cualidad que valora del stop motion es que permite trabajar con pequeños equipos de producción. “Incluso en un largometraje es posible trabajar con un pequeño equipo, y puedes ver todo el proceso de realización de una película, lo que no puedes hacer en una megaproducción”, apunta.

El entusiamo por el stop motion y el oficio artístico-artesanal que demanda es lo que procura compartir la italiana -hace ya tiempo afincada en Inglaterra- en las clases que imparte en la Escuela Nacional de Cine y Televisión de ese país, donde es maestra. De ahí que haya aceptado sin reparos la invitación para sumarse al TLSM, venir a Cochabamba y guiar a jóvenes animadores a los que pretende convencer de que pueden hacer cintas en stop motion “en un espacio tan pequeño como una sala de estar o una cocina”.

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