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domingo, 18 de marzo de 2012

El Caballo de Guerra…

El filme "Stalagt 17" de Billy Wilder (1952), voz en off empezaba así: "No sé si a ti, pero a mí no me motivan las películas de guerra. Todas tratan de pilotos y patrullas submarinas y abusos… y guerrillas en las Filipinas. Lo que me molesta es que nunca hubo una película sobre los prisioneros de guerra"; "Stalagt 17" o "Infierno 17" trata el tema de prisioneros en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial; después vendrían otros sobre diversos tópicos de esa conflagración, "De aquí a la eternidad" (1953), "El cielo fue testigo" (1957), "El motín del Caine" (1954). Sobre la Primera Guerra la de 1914 a 1918, se realizaron emblemáticos filmes, "Sin novedad en el frente" (1930) de Lewis Milestone y, la primera versión de "Adiós a las Armas" (1933), dirigida por Franz Borzage con Gary Cooper y Helen Hayes, sobre la novela homónima de Ernest Hemingway.

Hoy a nivel mundial está en cartelera el filme "Caballo de guerra" (2011) la última producción de Steven Spielberg, la historia de un equino que es llevado de Inglaterra a los campos de combate en la Gran Guerra, aquella llamada también "Guerra de verdad", que tuvo como frentes de batalla en Francia, Verdún, el Somme, y Marne.

Para colocar el marco de referencia a la aventura que narra Spielberg, diremos que entre las múltiples causas de la marcha hacia la guerra de 1914 a 1918, estuvieron, la exacerbación de los nacionalismos, las crisis europeas, cinco internacionales, la primera Alemania contra Francia a propósito de Marruecos; Guillermo II anuncia el 31 de marzo de 1905 el "Protectorado" alemán a la independencia marroquí amenazada por Francia, crisis resuelta en la Conferencia de Algeciras en 1906; las otras tres crisis son balcánicas, rivalidades entre eslavos y austriacos, Bosnia Herzegovina en 1908; la guerra Ítalo Turca y coalición balcánica entre 1912-1913 y, finalmente el desencadenamiento del conflicto, atribuido por los historiadores, al asesinato del Archiduque heredero del trono de Austria, Francisco Fernando y de su esposa el 28 de junio de 1914 en Sarajevo Bosnia, por el fanático Gavrilo Princip, austriaco, serbio de sentimientos y miembro de la "Mano Negra". Estos elementos provocaron primero, la guerra austro serbia, luego la austro rusa. Era claro que para 1907 en Europa existían dos bandos, la Triple Entente: Francia, Inglaterra y Rusia por un lado y por otro, los imperios centrales Alemania, Austria y Rumania.

La Gran Guerra comenzó con la declaratoria de Alemania a Francia el 3 de agosto de 1914 y terminó el 11 de noviembre de 1918 con la derrota de los imperios centrales, a los que se habían unido en pleno conflicto Turquía y Bulgaria. El hundimiento del paquebote "Lusitania" frente a las costas de Irlanda por submarinos alemanes el 7 mayo de 1915 y la muerte de 124 ciudadanos norteamericanos que viajaban en él, determinó que los Estados Unidos entraran al conflicto, convirtiéndolo en mundial, otros motivos que dieron lugar al "Casus Belli", fueron el que la inteligencia británica habría interceptado un cifrado de una propuesta de alianza hecha por Alemania a México, alentando a este país a recuperar los territorios de Texas y Nuevo Méjico perdidos en 1848 y el torpedeamiento del "Vigilantia" barco norteamericano hundido con toda su tripulación.

El siniestro balance que dejó la Primera Guerra Mundial en cuatro años de lucha fue de 65.000.000 de hombres en armas, nueve millones de muertos, veintiún millones de heridos, ocho millones de prisioneros. Ante semejante matanza, la "conciencia universal" dictó a los líderes mundiales de entonces, que una situación similar, otra guerra, no volvería a ocurrir; la Conferencia de Paz de 1919 tuvo como objetivo, crear una Europa Nueva, preservando las nacionalidades a fin de evitar nuevas atrocidades; sin embargo, la Europa de las nacionalidades que nace entre 1919 y 1923 llevaba en su seno el germen de múltiples desordenes políticos y militares que desembocarían en otro conflicto 21 años después, más atroz y devastador que el anterior, la Segunda Guerra Mundial.

LOS ESCRITORES Y LA GUERRA…

Terminado el conflicto escritores como Romain Rolland, Georges Duhamel, Henri Barbuse y Waldo Frank se ocuparon de describir ante las conciencias espantadas de su generación, todo el horror y la inmundicia de la llamada Gran Guerra. Erich Maria Remarque se cuenta entre ellos. Nacido en Osnabruck- Alemania el 22 de junio de 1898, su verdadero nombre era Erich Paul Remark; su novela "Sin novedad en el frente" aparecida en 1929 se convirtió en un best seller, tras haber sido rechazada su publicación por muchos editores; en la introducción señala: "Este libro no pretende ser ni una acusación ni una confesión. Sólo intenta informar sobre una generación destruida por la guerra. Totalmente destruida, aunque se salvase de las granadas". La realidad de las trincheras, el entrenamiento de los jóvenes reclutas alemanes, la compasión, el sufrimiento son el acta de denuncia, de acusación despiadada contra la guerra, como uno de los actos más descabellados y turbadores del hombre; una vuelta a la barbarie, un nivel más bajo; es una reflexión moral que hace Remarque, sobre esta práctica de exterminio total, como recurso normal y válido para vencer la resistencia del enemigo, que hace Remarque.

Las observaciones guerreras vividas por un soldado en el frente de batalla, en las trincheras, entre el barro, los piojos, las ratas, la mugre y la ropa sucia pegada al cuerpo como la propia piel, dedicado a la faena de matar, es la de uno que piensa, ente peligroso para los parafraseadores profesionales, que en todo tiempo y lugar incitan a los jóvenes a la sangre nueva, a aventuras bélicas, como si fueran de excursión o de picnic. En perspectiva histórica desde el año de su publicación, esta obra no ha perdido su valor testimonial; su autor concurrió a las dos más grandes conflagraciones mundiales; sin embargo, para las nuevas generaciones de gobernantes en el mundo, el horror a la guerra que despertó en los años posteriores a su publicación, parece que se han disipado con la permanente amenaza de lo nuclear y, la violencia que hoy se ha vuelto parte de nuestro diario vivir.

Durante los últimos cuatro siglos, la cultura occidental ha producido una liberación explosiva de las potencialidades y poderes del hombre; esos poderes casi divinos aumentaron sus responsabilidades de autodisciplina de auto control y autogobierno, haciendo imperativa una ideología, que tenga su centro sobre la vida y no sobre el poder. El hombre se liberó por su propio esfuerzo del canibalismo, del incesto, de la esclavitud, de la querella sangrienta, del ojo por ojo, diente por diente; puede hacerlo de la guerra, liberándose, de esa neurosis crónica, quebrando el predominio que ejerce sobre él, tantas veces próximo a la catástrofe.

EL CINE VA A LA GUERRA…

Antes que los documentalistas cinematográficos llegaran a las trincheras de la Primera Guerra Mundial, los corresponsales fotográficos ya habían aparecido en la Guerra de Crimea (1854-1855). Luego el cine que llegó con el siglo XX, ha tratado el episodio histórico de la Gran Guerra, en películas de culto, con cierto aire documentalista. Algunos de los realizadores, no pudieron sustraerse a cierto grado de subjetividad, a la hora de abordar, tan dramático acontecimiento, especialmente al verse obligados a valorar los factores socio políticos que rodearon dicha contienda. Hay varios ejemplos antes de llegar al "Caballo de Guerra" de Steven Spielberg, veamos:

"Armas al hombro" (1918) fue uno de los filmes de Charles Chaplin en el que satiriza la guerra de 1914, ridiculizándola hasta el absurdo; él es el simple soldado que sigue en el frente de batalla, en una trinchera, sin saber que la guerra ya había terminado.

"Sin novedad en el frente" (1930) de Lewis Milestone, constituye un intento serio y veraz, una visión sincera y cruda al mismo tiempo, que presenta al gran público, una reconstrucción real del ambiente bélico imperante durante la Gran Guerra. El tema es tratado con imparcialidad, con justicia con temperancia y equilibrio, desmitificando el triunfalismo y el heroísmo tan envilecido y tantas veces explotado con fines comerciales y de propaganda; de caracteres antibelicistas, se encamina a criticar todo lo referente a la guerra, haciendo resaltar sus horrores, antes que su apología, glorificación o exaltación, abandonando definitivamente el culto al héroe individualista. Esta versión hoy, está considerada, como uno de los alegatos pacifistas más importantes que se han rodado en la historia del cine. Premiada con el Oscar al mejor director y a la mejor película.

"La gran Ilusión" dirigida por Jean Renoir en 1937, sobre su experiencia como prisionero, en la Primera Guerra Mundial, también de afán pacifista, presenta un castillo alemán como campo de concentración, en el que viven prisioneros soldados franceses; relata la gesta del general Pissard, que por haberse fugado en siete ocasiones, es considerado por Goebbels, como el enemigo cinematográfico número uno del Tercer Reich. Simboliza este filme, el entendimiento de las clases sociales, por debajo de los conflictos de las naciones, expresando el deseo de que esa guerra fuera la última y que la camaradería de los soldados subsistiera en la paz. Prohibido por los regímenes nazifacistas, es una pintura expresionista de la problemática de la guerra, una obra maestra del género.

Stanley Kubrick realizó en 1958 "La patrulla infernal", también exhibida en algunos países con el título de "Senderos de Gloria", filme antimilitarista que disecciona los valores que conformaban la mentalidad castrense en los años de la Primera Guerra Mundial, develando su irracionalidad y su injusticia; la historia narra cómo se ordena tomar una colina estratégica, en poder del ejército alemán a varias compañías de soldados franceses; una de estas, por razón del nutrido fuego, no logra salir de las trincheras, aunque realizan varios intentos; el plan fracasa y muy ligeramente se atribuye está debacle a la "cobardía" de algunos soldados, y, al azar, para sentar un escarmiento, se escoge a tres, que luego de un sumario absolutamente irregular, son fusilados; estos tres "sorteados", eran miembros de una patrulla que por sus incursiones nocturnas a campo enemigo, y a las víctimas que cobraban silenciosamente, en las trincheras enemigas, más allá de la tierra de nadie, era denominada la patrulla infernal; mérito condición, y heroísmo que fue olímpicamente ignorado. Este filme un alegato antibélico muy bien logrado, fue prohibido varios años en Francia.

En "La Gran Guerra" (1959) del realizador italiano Mario Monicelli, la Primera Guerra Mundial es vista a través de los ojos de dos soldados "a la fuerza", Vittorio Gassman y Alberto Sordi, camaradas inseparables a quienes, vestir el uniforme no los convierte en militares, y buscan por todos los medios que su vida sea más fácil y demore lo más posible su partida al frente de batalla. Este filme entretiene, divierte y con tono profundamente humano conmueve; cuando finalmente estos peculiares soldados, van a hacer la guerra, enviados en patrulla, elegidos para llevar un mensaje a otra rama del ejército, al regresar a su base constatan que ha caído en poder del enemigo; sienten frío y se colocan los capotes de soldados alemanes muertos; son capturados y los creen espías; serán fusilados si no revelan el contenido del mensaje; están a punto de ceder, pero crecen en su responsabilidad y se convierten en héroes; todo ello dicho con sencillez y el estilo ligero, encantador y realista de Monicelli. Totalmente opuesto a la guerra en este filme, realizado con técnica casi documental, bajo la aparente frivolidad, el chiste fácil y la sátira constante hay una crítica acerba, una amargura presente por la guerra, en un contrapunto que estremece.

LOS CABALLOS…

"Gritería, los hombres no dan gritos tan horribles. Son caballos heridos. Es algo espantoso oírlos. Los soldados piden que los maten, nos sentamos, nos tapamos los oídos con las manos pero esos horribles lamentos, gemidos, quejidos, persisten cruzan por todas partes"; "Deetering, un soldado que antes fue labriego, que ama al caballo, su camarada de labor, se desespera, maldice, ruge, quisiera saber que culpa tienen ellos, su voz tiembla de ira, suena casi solemne cuando dice: Yo os digo esto. Es la más horrenda infamia el que los animales tengan que venir a la guerra". Este párrafo corresponde a "Sin novedad en el frente", que además de ser un grito de desesperación por el sacrificio de los jóvenes enviados a morir, del horror de las trincheras, de las ultimas emociones de los que caen o de los que matan a otros hombres bajo el ardor patrio que pretende justificar todas las acciones, prueba que hay lugar para la compasión por los nobles cuadrúpedos, por el caballo que durante 4.000 años fue el elemento móvil más capacitado para la guerra terrestre. El caballo que por los terrenos más abruptos podía llevar hombres, armas y pertrechos; cruzar ríos operar en cualquier tiempo, que se adaptó a todos los cambios tecnológicos, y al que la Gran Guerra le extendió el parte de baja y, fue el vehículo de combustión interna su decadencia.

Muchas leyendas en forma de narraciones o cantos hablan del caballo, de caballos que realizaron en todas las épocas grandes hazañas; los griegos tuvieron a Pegaso un caballo alado; Bucéfalo fue el caballo de Alejandro Magno, con el que conquistó el mundo antiguo; los caballos que aparecen en los frisos del Partenón, inmortalizados por Fidias el célebre escultor.

Los caballos de los jinetes árabes, que a la caída del imperio Romano conquistaron el mundo; los grandes corceles de los caballeros medievales; Ricardo III de Inglaterra exclamando: "Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo". Las tropas a caballo de Atila y Gengis Kan; la caballería prusiana de Federico II. Marengo el caballo de Napoleón; la carga de la Brigada Ligera, inmortalizada en el poema de Tennyson. El caballo apreciado por artistas y escritores, se encuentra en famosas pinturas y novelas. Después de las guerras el destino del noble cuadrúpedo fueron las carreras y la cacería deportes aristocráticos. Los Mustangos o Mosteños indios, en las grandes praderas del oeste americano; la caballería que decidió el curso de la guerra civil Norte contra Sur. El caballo Comanche, único sobreviviente de la batalla de Little Big Horn, en la masacre del Séptimo de caballería del general George Custer, ocurrida el 24 de junio de 1876; malherido, casi agónico, curado de sus heridas, por orden superior nunca más volvió a ser montado, permaneciendo como un héroe en servicio pasivo, hasta su muerte en 1892. La historia registra muchos episodios en los que la participación del caballo fue decisiva, en los momentos estelares de la humanidad.

SPIELBERG…

Sin lugar a dudas en el cine se torna cada vez más evidente , el predominio de los propósitos comerciales sobre los verdaderamente creadores; en el "Caballo de Guerra" de Steven Spielberg, el melodrama malogra el filme y lo destina a distraer al público; no logra escapar de su propia trampa y evadirse hacia un estudio más agudo, aunque rutinario de los conflictos humanos, que conciernen en este caso a un caballo y a los hombres que lo detentan temporalmente, en los días de la Gran Guerra que está ahí, como telón de fondo y que por momentos el espectador, llega a olvidar.

El "Caballo de guerra" cuenta una historia en sucesión de hechos más o menos cronológicos; de ritmo lento a momentos, tiene sin embargo, escenas de extraordinaria fuerza; pero a pesar de todo ello, pierde convicción al abordar el problema psicológico, que permanece en un plano meramente descriptivo; los actores principales no tienen oportunidad de interpretar personajes, sino de vivir un sin número de acontecimientos; el argumento de Spielberg quiere que los espectadores sigan una idea, estén o no de acuerdo con él. ¿Cine pacifista o antibélico? El filme de Spielberg pudo haber sido uno de autor, si se hubiera atrevido con la historia, narrando la gesta de los caballos en el frente de guerra, mostrando que esos nobles equinos morían tan o de peor forma que los soldados; abandonados a su suerte, quejándose horas sin que nadie se ocupe de ellos, heridos por la metralla, por el fuego cruzado, por los obuses o, finalmente envenenados con gas cloro; no la de uno solo correteando por las trincheras, hasta caer atrapado en una alambrada de púas.

El final del filme es de esperanza, Joey el caballo sobrevive al apocalipsis, vuelve con su amo a casa, a morir quizá de viejo; Spielberg, atardece el filme con uno de aquellos con los que sabe que nos fascina, y nos sugiere aquél de un viejo filme, "Mañana será otro día"; final de esperanza para un tiempo histórico, sin esperanza. Luego de la Primera, vinieron otras y otras guerras; los reclutas, los soldados siguen siendo los jóvenes, que de seguro como Pablo Beumer el protagonista principal de la novela "Sin novedad en el frente", piensan, "La guerra nos ha estropeado todo…", "ya no somos juventud. Ya no queremos conquistar por asalto el mundo…", "abandonados como niños, expertos como viejos…"

En una biografía no autorizada de Spielberg, John Baxter, en 1996, se preguntaba: "Qué papel desempeña Steven Spielberg en el nuevo orden mundial, a cuya creación ha contribuido tan considerablemente?, y se responde a sí mismo: "Desde un punto de vista histórico lo más probable es que se precipite hacia una búsqueda sin descanso de un logro suficientemente importante, como para superar los que ya ha conseguido y que fracase al igual que sus predecesores, David Selznick y David Lean. Así como no habrá otro "Lo que el viento se llevó" ni otro "Lawrence de Arabia", tampoco habrá más películas como "La lista de Schindler". "La alternativa es un retiro honorable y la aceptación de su papel como un icono del mercado de masas". Al parecer Baxter no se equivocó. Realizar un sincero homenaje al héroe de todas las batallas, al caballo como tal, debió ser la premisa de Spielberg, y no fabricarle un espacio cinematográfico, propio de una fábula muy por debajo de las que ya se han escrito, y filmes en los que se lo ensalza, desde "Fuego de juventud" (1945) con Mickey Rooney y Elizabeth Taylor, en uno de sus primeros papeles, a "Tonka" de Lewis R. Foster, sobre el caballo Comanche, de los estudios Disney de 1957.

La guerra, está lejos de ser eso brillante desde Homero hasta Rudyard Kipling. En el mundo actual maniqueo, con la ciencia a su servicio ha dejado de ser una guerra de hombres, de seres con personalidad. La guerra es hambre, frío, dolor y locura, allí se aprende a matar para no ser muerto.

Notas.-

"Sin novedad en el frente". E.M. Remarque. Ed. Claridad 1930.

"Cambio de rumbo" I.H. de Cisneros. Ed. Bucarest 1964.

"Steven Spielberg". John Baxter. Ed. Folio S.A. 2005.

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